Es la ausencia la que crece en el silencio
Callada, agresiva, imperturbable…
Sombra de la soledad,
Tu regocijo es mi sufrimiento.
Cómo alejarte si estas tan dentro,
Tan adherida que a veces no distingo,
¿Será que algún día te podré apresar
Y así deleites de tu propio veneno?
Ese mismo veneno, amargo y tedioso
Del que llenas cada pesar, cada alegría,
Cada secreto, cada segundo de esta inconsolable vida,
Por el cual pareciera estar tristemente adormecida…
AUSENCIA, eres tan eterna, asfixiante e insaciable
Que me veo vestida de ti en cada rincón de mi mundo,
Pues tan majestuosa es tu presencia que no hallo
Cómo salvarme…